miércoles, 4 de enero de 2017

La razón del gasolinazo; Pemex y Hacienda no llegan al 2018



La cosa está peor de lo que parece. Se acabó el 2016, año decisivo; el precio del petróleo tenía que haber subido para que Pemex pudiera sacar la cabeza, por lo menos hasta la nariz, para poder respirar. Pero la condición internacional no le fue favorable, y el gobierno de Enrique Peña Nieto no se supo adaptar a la circunstancia. Pemex se hunde, y en un intento desesperado por salvarla, Hacienda también. A diferencia de Salinas de Gortari, Peña Nieto ya no la libró para dejarle la papa caliente a alguien más, se le acabó el tiempo y el dinero. Esa es en esencia la razón del gasolinazo, necesita sobrevivir dos años más, y el maldito 2018 que no llega.


La Secretaría de Hacienda echó mano de todo lo que pudo. Y miren que el 2015 y 2016 le tocaron regalitos que se encontró en el camino, así como las estrellitas esas que se va topando Mario Bros y que le dan poder, pero ni con eso. El Banco de México había estado haciendo una Reserva Internacional comprando dólares ya por largo tiempo, la mayoría de ellos los adquirió a precios bajísimos; entre 10 y 12 pesos. Luego el dólar subió y subió, y el Banxico comenzó a soltarlos a 18, lo que le generó un enorme “remanente” –así se le llama a esas utilidades cambiarias-. Nada más el 2016 el Banco Central le entregó a la SHCP más de 239 mil millones de pesos por ese concepto, mismos que se diluyeron como café en agua caliente. El 2015 ya le había dejado otra estrellita. Así que la devaluación que ahora culpan del gasolinazo, en la realidad les fue muy buen negocio.

El problema es que el entorno internacional no ayudó para nada. El petróleo se la pasó todo el año en la banda de los 30 dólares y hasta menos, lo que le creó un hueco enorme a la SHCP, porque 1/3 de los ingresos fiscales del país vienen de Pemex –claro; siempre y cuando el petróleo traiga buen precios-. Ahí estuvo el problema; el gobierno siguió gastando con la esperanza de que el barril se comenzara a vender más caro, lo que nunca ocurrió. El entorno era adverso, y la Administración Peña Nieto no reaccionó. Cuando se elaboró el Paquete Financiero para el 2016, el barril se estimaba a 50 dólares y se suponía que la producción sería de más de 2.2 millones de barriles diarios, pero iniciando el año la extracción fue cayendo, y la petrolera apenas logró producir y vender 1 millón de barriles al día, eso es porque decayeron las reservas, y porque los fierros de Pemex se hicieron viejos.

Un pequeño paréntesis aquí vale la pena para observar que aunque el precio del barril en dólares anduvo por los suelos, los barriles de antes los vendían a dólares de a 10, y los de ahora a dólares de a 20. Así que culpar a la devaluación por el gasolinazo no tiene sentido, aunque importemos gasolina, porque se compensa una cosa con la otra.

A inicios del 2016 Pemex cayó en mora en el pago a proveedores, de pensiones y jubilaciones. Por todos lados había señales de que agonizaba. Eso debió poner al gobierno en la lógica no solo de rescatarla, sino de meter a la propia SHCP en “terapia intensiva”, por la enorme dependencia que tiene de Pemex. Pero sólo le aplicaron unos recortes mediocres de gastos.

Con los precios internacionales del petróleo por los suelos, Pemex seguía en caída libre y los impuestos que le reportaba a la SHCP también. La autoridad tuvo que elegir entre; tener a Pemex y a Hacienda agonizando al mismo tiempo, o pasar dinero de la SHCP a Petróleos, y que se aliviane, a costa de que Hacienda se empine. Mientras tanto, a esperar que los precios internacionales del petróleo reaccionen. A inicios del año Hacienda le inyectó a Pemex 73 mil 500 millones de pesos, para que no se le muriera en los brazos, pero con eso la SHCP casi entró en shock, porque era como donarle sangre cuando no tenía suficiente para sí misma.

Tanto Hacienda como Pemex mal sobrevivieron, pero los mercados internacionales castigaron al gobierno mexicano bajándole la calificación crediticia porque se quedó sin liquidez por andar rescatando a su hijito Pemex. Para el 2017, nuevamente Pemex no tiene dinero para seguir operando, ni para pagar la inyección que recibió, ni la SHCP tiene más sangre para donar, de hecho; necesita que alguien le devuelva la que ya donó. Como el mercado internacional no reacciona, Pemex entrará en etapa terminal y a Hacienda todo el mundo la ve con cara de que va que vuela a “terapia intensiva”. Al gobierno Peñanietista nunca le cayó el veinte de que los precios del crudo no iban a subir y dejaron la llave del gasto abierta –con leves recortes-, como si el dinero no se fuera a acabar. Evidentemente sus ridículos recortes fueron insuficientes, puesto que ahora necesitaron un gasolinazo del 20% para que Pemex no se les muera, y de pasada aplicarnos el IEPS de la gasolina a todo lo que da para generarse la cifra más alta de la historia por ese concepto: 280 mil millones de pesos. Esos son para revivir a Hacienda.

Si el precio internacional del petróleo no sube sustancialmente el 2017, Pemex y Hacienda no van a llegar al cambio de estafeta del 2018. De ese tamaño es la ineficiencia de la administración Peña Nieto. Desde luego que siempre tendrán la fácil alternativa de cargarnos el rescate a todos los mexicanos. Por eso, aunque nos quieran vender la idea de que el IEPS a la gasolina es un impuesto progresivo que solo les pega a los ricos, y que si les exigimos que le bajen a ese IEPS, entonces le tendrán que recortar a programas de impacto social, eso no es más que un chantaje para culpar al pueblo de que se pasaron todo el 2015 y el 2016 desperdiciando estrellitas y soñando con que el petróleo subiría y no reaccionaron nunca, hasta que fue demasiado tarde.

Raúl Aragón Loya
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