Por: Ángel Dehesa
Cuando yo era chiquito, como todos los niños, hacía unos berrinchazos épicos cuando no me daban lo que quería.
Cuando yo era chiquito, como todos los niños, hacía unos berrinchazos épicos cuando no me daban lo que quería.
Conchita y Germán, después de establecer su posición (no te compro el juguete, tu hermana no puede volar si la tiras por la ventana), se ponían a hacer lo que tenían que hacer y, si yo insistía en chillar, patear o berrear; pues me dejaban hasta que me cansaba.
O sea se portaban como adultos y yo como niño, era lo que correspondía.
Hoy, la Presidencia de EU está ocupada por alguien con mentalidad de niño, al cual, si le dices que no, comienza a hacer berrinche.
Viene de la tele, de los tabloides y de las revistas donde lo que vende es "yo te digo y tú me dices" y eso es lo que busca con sus tweets provocadores.
Claro que calientan, claro que dan ganas de que el Presidente le conteste, hay quien pide que le mande un tweet contestando o que le escupa y le miente la madre.
¿Para qué?